Aumenta tu felicidad y tu productividad llevando a cabo estas siete acciones al principio de cada mes. Te sorprenderás del cambio que generará en ti.
Los comienzos son momentos especiales porque nos permiten de cierto modo volver a un estado de cero. No importa el ámbito en el que pensemos, siempre que estamos comenzando algo nos invade una sensación de borrón y cuenta nueva. Ponte a pensar y recuerda las sensaciones que te han invadido cuando te has mudado a una nueva casa. Cuando haz empezado una nueva relación y has tenido tu primera cita. La llegada a un nuevo trabajo. El primer día de clases, de cualquier año, tanto en el colegio como en la universidad, así fuera en la misma institución y con los mismos compañeros. En todos estos momentos nos llenamos de alegría, expectativa, ilusiones y sentido de que vamos a poder con todo y a triunfar. Simplemente por el hecho de estar en un nuevo comienzo.
De la misma forma, aunque no de manera tan consciente, estos sentimientos se repiten en el comienzo de cada día, cada semana, cada mes y cada año. Sin embargo, por nuestro afán de estar ocupados y vivir la vida sin detenimiento y disfrute, casi todos estos inicios pasan desapercibidos para la mayoría de las personas, con la excepción particular del año nuevo. De resto, dejamos que estos momentos iniciales pasen por nosotros sin aprovecharlos al máximo, con todo lo bueno que podrían brindarnos para nuestra productividad, nuestra felicidad y nuestra paz mental.
Por ello, así como hace algunos meses te dimos recomendaciones para empezar tu día mejor, con en este artículo queremos invitarte para que te organices y te prepares para obtener mejores rendimientos y más goce con una mayor frecuencia, realizando estas siete acciones al principio de cada mes.
1. FIJATE UNA META: haz que cada mes tenga un sentido claro y un foco para ti, fijándote una meta en la que puedas trabajar y seas capas de alcanzar durante los 30 días del mes. Bien sea en el ámbito personal o en el ámbito laboral, pero escoge solo una. Puede ser una meta nueva o una que te hayas fijado a principios del año. Pero haz que sea esta la que acapare tu atención y tus esfuerzos durante el mes. Establécele un plan compuesto por una serie detallada de actividades y acciones que te impulsen a lograrla. Recuerda el poder de las pequeñas victorias y piensa que al final del año te sentirás mucho mejor si has logrado doce pequeñas metas mensuales, que si no has logrado ninguna de las metas ambiciosas que te fijaste como resolución de Año Nuevo.
2. DESPEJA UN LUGAR: escoge un lugar para dejarlo lo más despejado posible. El desorden y el exceso de elementos, documentos y material, aumentan nuestro sentido de agobio, nos impiden ver las cosas con claridad, nos distraen y hasta nos hacen perder tiempo mientras buscamos lo que necesitamos. Por ello, es tan importante mantener nuestro entorno despejado, tanto el físico como el virtual. Cada mes deberías entonces escoger un lugar para despejar. Puede ser en tu casa o en tu oficina. Tu armario, el baño, la alacena de la cocina, un rincón de tu biblioteca, la bandeja del email o una carpeta de tu computador. Despejando un espacio diferente cada mes tu entorno se mantendrá mucho mejor.
3. ESCOGE UN LIBRO: la lectura es uno de los hábitos más enriquecedores, tanto en el ámbito intelectual como en el personal, pero es quizás aquel al que más dificultad le cuesta a la mayoría de las personas encontrar tiempo para dedicarle. Una de las razones para ello es la falta de metas cortas que nos ayuden a evitar la procrastinación de este hábito y otra es el contar con una lista tan grande de libros por leer que se nos dificulte escoger por cuál empezar y terminamos siendo víctimas de la parálisis por análisis. Por ello, escoge un libro que quieras terminar en el mes. Divide sus capítulos o páginas por semanas, o incluso por días y comprométete contigo mismo a leer esas 8 o 10 páginas diarias. Verás los resultados.
4. PRESUPUESTA LOS GASTOS: realiza un plan detallado de los gastos que tendrás durante el mes. Todos los meses llegan con situaciones diferentes a la cotidianidad. Además de los gastos fijos en alimentación, transporte y vivienda, hay gastos puntuales que debemos visualizar. Identifica entonces cuáles con los gastos excepcionales que tendrás durante el mes: puede ser una celebración o una fecha especial, un viaje o una operación. Revisa qué ajustes deberías hacer en tus finanzas para omitir o aplazar algunos gastos que no sean de carácter obligatorio o gestiona los mecanismos para conseguir ese dinero adicional que te está haciendo falta. Y si te queda algo disponible, trata de ahorrarlo para una futura ocasión. Así te asegurarás que vas a tener bajo control la mayoría de los imprevistos financieros y no vas perder tiempo por angustias de última hora.
5. ORGANIZA EL BOLSO Y EL ESCRITORIO: hay dos lugares que deben organizarse cada mes debido a que los usamos todos los días y a que no tiene una dedicación exclusiva: el cajón del escritorio y el bolso o maletín. Allí ponemos todo lo que va llegando a nuestras manos: facturas de las compras, regalos que nos dan, bolígrafos, dulces, antibacteriales, clips, llaves, dinero, en fin. La mayoría son elementos relacionados con nuestro pasado y que en poco aportarán a nuestro futuro. De manera que revisa qué tienes, depúralo y organiza lo que te pueda ser de utilidad. Vas a sorprenderte con todo lo que podrás botar de estos dos lugares cada mes.
6. PROGRAMA UNA CITA: identifica una cita que debas atender y que has venido posponiendo o que incluso habías olvidad del todo. La revisión anual con tu médico. La visita donde el odontólogo. Los exámenes de rutina frente a alguna condición física. La reunión con tu contador para realizar una adecuada planeación tributaria. La conversación con un mentor. La sesión con un experto en un tema que te puede ayudar a sacar adelante y potenciar tu trabajo o tu negocio. Dale la cara a esta cita, coordina todo para que se dé y separa en tu calendario el momento definido para ella, de manera que el día a día no te la haga volver a aplazar.
7. PLANEA UN DESCANSO: recuerda que planear la vida personal es tan importante como hacerlo con la laboral y que la productividad depende en gran medida de nuestra capacidad para recargarnos y recuperarnos. Por ello, si quieres lograr ese balance de vida tan escaso para tantas personas, planea cada mes una actividad de descanso que te permita divertirte, darte gusto y disfrutar. Puede ser un viaje de fin de semana. Una tarde con tus hijos o tus amigas. Un día de spa. Una reunión virtual con familiares que hace tiempo no ves. O simplemente tómate un día para ti, un día libre, bloqueado en tu agenda sin un plan concreto que te sorprenda y te ayude a lograr la desconexión. Lo importante es que la definas y la planees para que llegue a suceder.
Si te gustaron estas recomendaciones empieza a aplicarlas desde este mes. Justo ahora que estás leyendo este artículo. No lo aplaces ni esperes más. No lo dejes para el próximo mes. Pues no hay momento perfecto, el momento es hoy.
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