Sigue estas ocho claves para alcanzar tus objetivos y aumentar las posibilidades de éxito en todo lo que te propongas en la vida.
El inicio de un nuevo año es un momento ideal para reflexionar sobre nuestros objetivos y metas para los próximos doce meses. Es una oportunidad para trazar un plan y establecernos desafíos que nos ayuden a crecer como personas y profesionales.
Sin embargo, muchas personas abandonan sus propósitos de año nuevo antes de llegar a la mitad del año. Esto se debe a que suelen ser demasiado ambiciosos o poco realistas al fijárselos.
Y es que cumplir nuestros objetivos, especialmente los personales, representa un gran reto para todas las personas, dado que dependemos solo de nosotros mismos para definirlos, estructurarlos, animarnos, sacar tiempo para lograrlos, y alentarnos cuando vemos que las cosas no se están dando. ¡Todo un reto!
Es por eso que en este artículo te daré algunos consejos para establecer objetivos que sean alcanzables, que te ayuden a mejorar tu vida y que te lleven a alcanzar esa mejor versión de ti que siempre has deseado.
CÓMO ESTABLECER OBJETIVOS
Para establecer objetivos que sean alcanzables, sigue estos consejos:
La base es la concreción: asegúrate de que tus objetivos sean claros, concisos, específicos y medibles. Ten en cuenta que una de las principales razones para que no hagamos algo es la falta de claridad frente a lo que se requiere. Nuestro cerebro está diseñado para buscar lo conocido, lo fácil, lo que nos gusta, lo que sabemos hacer. Cuando un objetivo es etéreo, ambiguo o poco concreto hace que nuestra mente lo evada tratando de buscar algo más gratificante y sencillo a su alrededor. Es por esto que es más fácil abrir Instagram o TikTok que decidir sobre qué tema escribir un artículo o una monografía. Es más fácil ver el siguiente episodio de una serie que nos gusta que elegir qué curso empezar a hacer.
Sé realista y empieza pequeño: al momento de definir los objetivos nos debatimos entre el deseo de lograr y la capacidad de ejecución. El primero nos lleva a ser muy ambiciosos y el segundo a la timidez. Encontrar el punto medio que nos permita fijar un objetivo alcanzable pero retador no es tarea fácil, especialmente cuando no se tiene una línea base de la cual partir. Y es en estos casos cuando somos más optimistas y ambiciosos. Ten cuidado entonces porque si te propones una meta que sea demasiado difícil de alcanzar, es más probable que la abandones al darte cuenta del reto que te implicará alcanzarla. Así que no te propongas demasiado de golpe. Es mejor empezar con metas pequeñas y alcanzables, y luego ir aumentando el reto a medida que vayas progresando. Se dice que cuando no hay un histórico o base, una vez se defina la meta que quieres alcanzar, si quieres que sea realista debes partirla a la mitad.
Define un plan de acción: por más detallados y concretos que sean tus objetivos, siempre van a representar un reto para ti. Por ello, para conseguir que los objetivos pasen de ser un sueño a una realidad, es necesario establecer un plan detallado de pequeñas acciones, pasos o actividades que nos permitan ir cerrando puertas de escape a la procrastinación. Identifica qué recordatorios o ayudas físicas o electrónicas pueden servirte. Bloquear espacios para realizar algunas actividades, comprar elementos que te faciliten o hagan más ameno el entorno o la actividad, disponer de espacios y momentos exclusivos para la realización de tareas asociadas son algunas ideas que pueden servirte.
Establece fechas límite: tener un plazo de ejecución, no solo para cada uno de tus objetivos sino también para cada una de las actividades del plan de acción te ayudará a mantenerte motivado y a evitar la procrastinación. Se dice que tener fechas límite es la clave del éxito. Y es que si dejas que las cosas pasen cuando tengas tiempo, nunca sucederán. Debes forzarte a hacer las cosas y establecer plazos máximos para cada acción. Entre más cortos y apretados, mucho mejor.
CÓMO FACILITAR EL LOGRO
Una vez que hayas establecido tus objetivos, sigue estos consejos para aumentar tus posibilidades de éxito:
Escribe tus metas: cuando escribes tus metas, no solo las haces más reales y tangibles, sino que le facilitas a tu cerebro la comprensión de las mismas y el diseño de los planes para alcanzarlos. Puedes visualizar cómo encajarlos e integrarlos con las demás actividades y ámbitos de tu vida. Además, el verlas con cierta frecuencia te servirá como recordatorio de aquello que te importa y deseas alcanzas, de manera que te motivará y te impulsará a la acción.
Compártelos con tus seres queridos: otra buena práctica es contárselos a personas cercanas y que nos importen. Esto tiene dos fines. El primero es ayudarnos a evitar la procrastinación, pues la sana presión que ejerce en nosotros el saber que aquella persona podría preguntarnos cómo vamos con el cumplimiento de nuestros planes nos impulsará a implementarlos, pues en general a nadie le gusta mostrarse como un fracasado o incapaz. El segundo es que tener a alguien que te apoye y te dé ánimos, cuando estés a punto de tirar la toalla, te ayudará a mantenerte motivado y a seguir trabajando para alcanzar aquello que tanto anhelas.
Haz un seguimiento de tu progreso: es común que las personas sintamos que no estamos avanzando en el logro de nuestros objetivos, especialmente durante los primeros días que trabajamos en ellos. Se debe a que los primeros pasos o acciones son más retadores y aunque demandan un mayor esfuerzo los resultados tangibles no son tan evidentes. Esto puede llevarte a la desmotivación y hasta a abortar tu propósito simplemente por sentir que es inalcanzable. Así que mide con frecuencia el avance en cumplimiento de tus objetivos y registra los avances que vas teniendo. Implementar esta práctica con una regularidad al menos mensual te permitirá mantener el ánimo alto y celebrar tus logros por pequeños que sean.
Sé flexible pero constante: seguramente en algunos momentos no vas a evidenciar avances y vas a sentir la tentación de tirar la toalla. No te rindas. Visualiza lo que vas a alcanzar si persistes. Si te desvías del camino, simplemente vuelve a centrarte en tus objetivos y sigue adelante. Realiza ajustes cuando sea necesario, tanto en el plan de acción como en la meta, si es que no fueron los adecuados o fuiste demasiado ambicioso al plantearlos. Ten presente que es mejor algo mal hecho que algo no hecho y que las cosas no siempre salen según lo planeado. Es importante ser flexible y adaptarse a los cambios.
Conseguir tus puede ser un desafío, pero también es muy gratificante. Al seguir estos consejos, podrás aumentar tus posibilidades de éxito y lograr los objetivos que te has propuesto.
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