La mejor forma de conseguir más tiempo es gastándolo. Pero no en cualquier actividad. Sino gastándolo en aquello que te da más energía.
Si sientes que el tiempo no te alcanza o que no es suficiente para completar todo lo que quieres o tienes por hacer. Y si además ya has implementado técnicas como trabajar desde el calendario, agrupar las tareas por temas, priorizar las tareas importantes, aprender a decir que no y depurar tu lista de pendientes, pero no te son suficientes,
te voy a compartir una solución que te puede servir para conseguir que el tiempo te rinda más y que debes aplicar especialmente cuando no tengas tiempo.
No pretendo menospreciar ninguna de las tácticas de gestión del tiempo antes mencionadas, pues yo mismo te las he recomendado en este blog. Ni tampoco ninguna de las demás que existen. Sin embargo, mi aproximación a la productividad y al manejo del tiempo se basa en que todas las técnicas son buenas, pero no son buenas para todo el mundo. Y que por buena que sea la técnica, siempre hay que ajustarla a la realidad de cada uno para que nos ayude a mejorar y potencie nuestros resultados, pero que no nos haga pasarla mal o dejar de disfrutar lo que hacemos.
Por eso hoy mi recomendación para ti, si quieres conseguir más tiempo, es que dejes de pensar en el tiempo en sí y en tratar de manejarlo. Te he dicho que en realidad no manejamos el tiempo ni las tareas, sino nuestra energía.
Si no me crees, piensa cuán relativo es el tiempo. A veces cinco minutos se nos pasan volando mientras otras veces se nos hacen eternos. Algunas fechas límites nos llegan sin darnos cuenta, en tanto que hay otras que parece que se alejaran cada vez más. Cuando pasamos el rato con algunas personas o dedicado a ciertas actividades pareciera que el reloj fuera a toda velocidad, mientras que con otras pareciera que estuviera paralizado o hasta dañado.
Asimismo, seguro has tenido días en los que hiciste tantas cosas que te sorprendiste de tu capacidad de ejecución y también días en los que sientes que no te rindió nada, incluso a pesar de no haber tenido tiempo ni de respirar. Y también has tenido días que te han dejado tan agotado, que solo quedas con ganas de tirarte en la cama a descansar y ver televisión o a deambular por las redes sociales, y días en los que a pesar de la ocupación, al final de la jornada te has sentido lleno de energía y con ganas de seguir haciendo más y más, como si no tuvieras un botón del cual poderte apagar.
Lo que diferencia estas actividades o días no es la cantidad de tiempo dedicado a hacer algo sino la energía que nos consumieron. Por ello es que es tan importante manejar nuestra energía, enfocándonos en cuidar, maximizar y, sobre todo, en generar más energía.
Muchas técnicas de productividad se enfocan en mecanismos que te ayudan cuidar tu energía a travez de la implementación de pausas regulares y el control de la multitarea. Una de ellas es la técnica Pomodoro. Otras prácticas como la planeación, la toma de decisiones y el decir que no buscan ayudarte a controlar tus ladrones de energía.
Maximizar tu energía realizando las tareas que más energía consumen en los momentos que más energía tienes y del mismo modo realizando las actividades que menos energía demandan en los momentos del día y la semana en que más agotado estás, te ayudan a hacerla rendir al máximo.
Pero definitivamente lo más valioso que puedes hacer en la gestión de tu energía es implementar técnicas para generarla. Anteriormente te he hablado de generadores de energía como tener un sueño reparador y realizar ejercicio físico, especialmente en las mañanas. Hoy te hablaré quizás del más paradójico de todos: dedicarle tiempo a aquello que te llena. Sí, genera energía gastando tu tiempo en actividades o con personas que te hagan pleno y feliz.
Todos tenemos al menos alguna actividad que nos llena. Un pasatiempo como pintar, armar rompecabezas, tocar un instrumento, cantar, leer o cocinar. Algo que nos hace sentir satisfechos con nosotros mismos y con nuestras vidas. El problema es que la mayoría de nosotros pensamos que con todo lo que tenemos por hacer no nos queda tiempo para dedicarle a eso que nos gusta y nos da placer.
La mejor forma de sacarle tiempo a este tipo de actividades es dejar de preguntarnos: ¿cómo hago para tener tiempo para esto?, porque será muy difícil encontrarlo. En su lugar, debes preguntarte: ¿cómo puedo hacer para que hacer lo que me gusta me dé tiempo para todo lo demás?
Porque no hacer esa actividad es lo que te está agotando y dejando sin energía. Esa sensación de tener que cumplirle a todo el mundo menos a ti es lo que más energía te está robando y por ende lo que más tiempo te está costando. Así que haz cosas que te den energía porque son ellas las que en en lugar de quitarte, te devolverán tu tiempo.
Verás como después de dedicar una tarde o un par de horas a compartir con personas que amas o simplemente estando concentrado en aquello que de verdad disfrutas te recargará, te hará sentir pleno y más capaz, te dará la claridad mental para ver los problemas y los pendientes en su justa dimensión, te permitirá priorizar lo verdaderamente importante y te facilitará la puesta en práctica de técnicas de delegación y automatización para que todo aquello que te tenía ocupado se haga solo, lo haga alguien más o simplemente no se haga.
Y es que la falta de tiempo para ti hace que los problemas y las situaciones se vean más complejos de lo que son y termines ocupado en el hacer, olvidándote de que para ser productivo lo verdaderamente importante es el lograr.
*Inspirado por “Energy makes time” de Mandy Brown.
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