Los gustos pueden variar, pero los beneficios de la música en el trabajo son innegables. Acá te cuento qué musica utilizar para cada tipo de actividad.
La música es sin duda alguna una de las mejores creaciones de la humanidad. Nos inspira, nos emociona e, incluso, es un increíble método de aprendizaje gracias a los estímulos que imparte en nuestro cerebro. Por esto, hoy quiero contarte un poco sobre cómo la música puede ayudarte a aumentar la concentración en el trabajo, en el estudio, y en cualquier situación en la que necesites enfocarte.
Los efectos de la música en la concentración y la productividad han sido estudiados durante muchísimos años, y aunque no hay una posición unificada ni concluyente al respecto, la mayoría de los resultados apuntan muy a favor de la música.
Hay quienes creen que escuchar música mientras se trabaja o estudia es un hábito negativo, porque puede convertirse en un factor de distracción, pero hay otros que consideran que tiene grandes beneficios con relación a la concentración y el rendimiento.
Por ello, la música más que hacernos compañía cuando estamos solos, puede llegar a ser una herramienta que nos ayuda a enfocarnos y concentrarnos plenamente en la tarea que estamos realizando y, como consecuencia, a obtener mejores resultados. Pero además, escuchar las melodías adecuadas mejora la motivación, promueve un buen estado de ánimo y nos ayuda a evitar distracciones.
Estudios han comprobado que la música estimula zonas del lóbulo frontal que están relacionadas con la atención, la concentración y la satisfacción. Cuando se trabaja con música, uno se concentra más, siente que la información fluye más rápido y que los problemas se resuelven con mayor facilidad. Además, la música te ayuda a combatir el estrés previo a una entrega importante o a una presentación, lo que favorece la relajación y la retención de información. También promueve que el cerebro se mantenga en alerta y controles el sueño.
La clave para aprovechar los beneficios de la música en la concentración está en elegir las canciones adecuadas para cada tarea. No todo tipo de música es apta para todo tipo de trabajos. Por ello, para elegir la canción o melodía adecuada para el trabajo que vas a emprender, primero que nada tienes que analizar cuánto esfuerzo te demanda esa actividad.
Por ejemplo, escribir un ensayo requiere toda tu atención, pero leer el correo electrónico o responder chats es algo rutinario que no demanda mayor concentración. Además ten en cuenta que no solo el tipo de tarea o actividad, sino que también tus gustos musicales son esenciales a la hora de decidir qué escuchar cuando vas a trabajar o estudiar.
Así, si tu trabajo se basa en completar tareas repetitivas, los ritmos más rápidos, activos, y divertidos son para ti, para que te mantengas despierto y mentalmente activo. Por otra parte, los trabajos que requieren de más creatividad como el diseño o la escritura se benefician mucho de la música más tranquila y relajante. Este tipo de música no solo te aísla del ruido exterior, sino que también mejora tu concentración y estimula tu creatividad.
Ahora, si quieres aprovechar al máximo todos los beneficios que te ofrece la música, haz una selección adecuada de canciones y arma una lista de reproducción para cada tipo de tarea con base en estas recomendaciones. De esta forma, cada trabajo que hagas te va a traer más alegría y bienestar.
MÚSICA CLÁSICA
Muchas personas creen que esta es la única alternativa que tenemos para escuchar cuando nos queremos concentrar. Y aunque esta es por excelencia la música de la concentración y la atención, no es la única que sirve.
De todas maneras, varias investigaciones han demostrado que las personas que escuchan música clásica mientras realizan actividades que demandan alta concentración, tienen un desempeño considerablemente superior al de las personas que no lo hacen. Hay muchos motivos que explican esto. Entre ellos, que la música clásica ayuda a relajarse, reduce los niveles de estrés y mejora los patrones de sueño. Además, que no tiene letras que puedan distraernos de las palabras que queramos escribir o memorizar.
MÚSICA PARA RELAJARSE
Si te gusta la música instrumental pero quieres algo un poco más moderno que la clásica, entonces este tipo de música es para ti. No solo para concentrarte y rendir más en el trabajo, sino también para relajarte y terminar de una mejor manera tu día. Varias investigaciones han demostrado que escuchar canciones tranquilas y de un ritmo pausado antes de acostarse ayuda a dormir mejor y son un gran complemento en tu rutina de la noche.
En este link encontrarás una hora de este tipo de música.
SONIDOS DE LA NATURALEZA
Aunque no es exactamente música, sí es un sonido relajante. Las investigaciones sugieren que los sonidos de la naturaleza pueden mejorar la concentración en el trabajo al generar sentimientos de optimismo. La mejor opción para concentrarte son los sonidos como los del agua.
Y aunque no lo creas, videojuegos como Minecraft utilizan el sonido de la lluvia para mantener a sus jugadores concentrados en el juego y evitar que abandonen la aplicación. Si quieres comprobar su eficacia, en este link encontrarás una hora de música con el relajante sonido de la lluvia de este popular juego.
RUIDO BLANCO
El ruido blanco es un ruido con una frecuencia de onda que hace que nuestro cerebro se relaje, además de conseguir enmascarar ruidos perniciosos. Es un tipo de sonido que reúne todas las frecuencias que el oído humano es capaz de captar, y todas ellas con la misma amplitud y potencia. Es llamado así en alusión a lo que sucede con la luz: la luz blanca es la suma de todos los colores. El ruido blanco también sería, de algún modo, la suma de todos los ruidos.
¿Cómo suena el ruido blanco? Pues como la estática de la radio o la televisión cuando no sintonizan ninguna señal. O como un aparato de aire acondicionado encendido. O como el zumbido que oímos al viajar en avión, como el que generan lavadoras, secadores de pelo, ventiladores y algunos otros electrodomésticos.
Estudios han demostrado que el ruido blanco de baja intensidad puede favorecer la relajación y el sueño, al hacer que el nivel del umbral auditivo alcance su velocidad máxima por lo que, usando este tipo de sonidos de fondo, los estímulos auditivos más intensos son menos capaces de activar la corteza cerebral.
La conclusión de los investigadores es recomendar el uso de ruido blanco como método para enmascarar los ruidos ambientales y, de esa forma, mantener la concentración en entornos con mucho ruido y evitar así sus interrupciones. Si quieres ensayarlo, en este link encontrarás ocho horas de reproducción continua de ruido blanco para un día en el que requieras una gran concentración.
POP, ROCK Y RAP
Aunque no lo creas, a algunas personas les es más fácil concentrarse con música enérgica y con buen ritmo. Los beneficios de este tipo de música que es ideal para hacer actividad física debido a que aumenta el rendimiento y nos hace sentir más fuertes y motivados, no se limitan a ello.
Las investigaciones demuestran que escuchar el tipo de música que nos gusta favorece la liberación de dopamina y serotonina, claves en la sensación de placer. A su vez, las canciones que más nos gustan nos ayudan a calmar el estrés y la ansiedad. Y generalmente resolvemos mejor los problemas cuando nos sentimos contentos.
Cuando nuestro trabajo nos estresa o nos preocupa, es usual que caigamos en la procrastinación y lo evadamos hasta el último minuto. E incluso, cuando nos ponemos manos a la obra, el estrés nos impide completar nuestras tareas de manera satisfactoria. Es aquí donde la música entra en juego y puede representar un rol fundamental en nuestra productividad.
Sin embargo, si eliges este tipo de música ten presente que el ritmo de la canción y los latidos del corazón se sincronizan, por eso, si la canción es rápida, no va a ser fácil relajarse, y concentrarse se vuelve más difícil. Además, las canciones con letra te podrían llegar a desconcentrar. La música que tiene entre 50 y 80 beats es el ideal para lograr una mayor concentración.
En conclusión, a veces, la mejor música para concentrarse es la música que más nos gusta. Así que ve pon tu lista de reproducción favorita y ponte a trabajar. Pero ten cuidado de no perder una gran cantidad de tiempo seleccionando aquellas canciones que te gustan o que quieres escuchar.
Recuerda que en cuanto a productividad, y la música no es la excepción, no hay una regla general que funcione para todo el mundo: los parámetros para concentrarse varían en función de cada persona. Así que encuentra cuál opción te funciona más a ti y empieza a aplicarla.
Ahora, ten en cuenta que escuchar música mientras trabajamos tiene otra ventaja; en el momento en el que nos ponemos los auriculares nos protegemos del resto de distracciones auditivas. Así que si la música no es lo tuyo, al menos utiliza unos auriculares con buen aislamiento de ruido para aumentar tu concentración y hacer que este tipo de distracción no sea tu elección.
Finalmente, si quieres integrar los principios de esta técnica de concentración con la técnica Pomodoro, te recomiendo este link en donde encontrarás varias opciones de música de concentración en bloques de 45 minutos seguidos de descansos de 15 minutos.
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