Estas recomendaciones para el manejo del tiempo para emprendedores son de utilidad tanto para aquellos que ya tienen su negocio, como para aquellos a quienes les gustaría montarlo.
Emprender es una de las decisiones más satisfactorias que cualquiera puede tomar, pero también me atrevería decir, y con conocimiento de causa, que es una de las más retadoras desde el punto de vista del manejo del tiempo.
Tener una gran idea o haber desarrollado un producto o un servicio excepcionales y diferenciados no es suficiente para ser exitoso en un emprendimiento. Incluso, contar con un equipo competente y comprometido, aunque ayudan mucho, tampoco basta.
Cuando se habla de éxito en los negocios, factores como identificar tendencias en el mercado, definir claramente el público objetivo o estudiar con juicio a los competidores para poder superarlos, son básicos. Son cosas que enseñan en toda escuela de negocios o curso de emprendimiento. Sin embargo, pocas personas te hablan de la incidencia de tus hábitos personales en los resultados de tu negocio.
Y es que, además de un buen plan de negocios y una idea visionaria de lo que se quiere lograr, los hábitos personales juegan un papel fundamental no solo en la superación de los retos que como emprendedores enfrentamos día a día, sino también en el control del estrés y la ansiedad que son propios de toda nueva empresa.
Así pues, nuestros hábitos tienen un impacto mayor del que pensamos en el éxito o fracaso de todas las situaciones a las que nos enfrentamos, especialmente las más retadoras. Por ello, si eres emprendedor o quieres emprender, toma nota de estas recomendaciones que te ayudarán a sacarla del estadio en la empresa que te propongas:
Establece objetivos claros: define objetivos específicos y medibles, a corto y largo plazo, para tu emprendimiento. Esto te ayudará a priorizar tareas y a mantenerte enfocado en lo que realmente importa para alcanzar aquello que quieres. La productividad más que hacer cosas o estar ocupado, consiste en lograr resultados.
Concéntrate en lo importante: por más planeada que tengas la jornada, en toda empresa siempre aparecerán un sinnúmero de tareas por realizar. No las abordes como lleguen. Aplica la Ley de Pareto para priorizar tus actividades, concentrando tus esfuerzos y dedicación de tiempo y los de tu equipo en aquellas tareas más importantes. Esto te ayudará a evitar sentirte abrumado por una lista interminable de tareas pendientes.
Mantén la bandeja vacía: así como la acumulación de objetos y los espacios atiborrados generan incomodidad y angustia a la mayoría de las personas, los espacios digitales congestionados y desordenados también son nocivos para la productividad. Trata de abordar inmediatamente toda tarea que te tarde menos de dos minutos realizar y asegúrate de que no dejes ningún día correos por leer, no sea que se te pase un requerimiento de un cliente, una solicitud de un proveedor o una necesidad de un colaborador y seas tu quien termine entorpeciendo el crecimiento y la evolución acelerada de tu negocio.
Enfócate en lo positivo: el mundo de los emprendedores es similar a una montaña rusa. A veces tenemos grandes éxitos y otros momentos sentimos que vamos de fracaso en fracaso. Son tantos y tan diferentes los sentimientos que si no nos enfocamos en lo positivo podríamos caer en la depresión o llegar incluso a abortar nuestra idea de negocio debido a las dificultades y momentos duros que a todos nos llegan. Aprende de lo malo pero regodéate con lo bueno. Es el combustible qué necesitas.
Habla con mentores: sin importar el tipo de negocio que estés montando o lo raro o novedoso que sea, con seguridad vas a encontrar a alguien que tenga alguna experiencia o conocimiento que pueda ayudarte. Identifica personas cercanas que puedan escucharte y aconsejarte al respecto. Esta es una de las mejores inversiones de tiempo que puedes hacer.
Evita la procrastinación: todo trabajo trae consigo la realización de tareas o actividades que no nos gustan, nos atemorizan o nos paralizan. El emprendimiento no es la excepción. Por ello sé muy consciente de qué tipo de cosas tiendes a evitar o a posponer, de manera que puedas implementar mecanismos para evitar la procrastinación.
Delega todo lo que puedas: uno de las malas prácticas en las que caen la mayoría de los emprendedores es en tratar de hacerlo todo ellos mismos, bien sea porque no tienen contratado a nadie con las capacidades para hacerlo bien o porque no tiene el dinero para contratar a alguien que lo sepa hacer. Dedícate a hacer las cosas que realmente sabes y que tienen valor para tu empresa. Siempre será más barato delegar todo aquello que no sea de tu expertise o de vital importancia para ti. Como dice el dicho: “zapatero a tus zapatos”.
Desarrolla nuevas competencias: ser empresario implica tener que aprender cosas nuevas todo el tiempo. Bien sea temas administrativos, estrategias de mercadeo, manejo financiero, aspectos legales o un conocimiento específico de tu área de negocio. Por esta razón es vital que los emprendedores dediquen al menos un par de horas cada semana a aprender o actualizarse sobre algún tema de interés.
Pide ayuda: no te dé miedo pedir ayuda. No tienes por que tener todas las respuestas o saber qué hacer en cada situación. No dejes que tu ego te domine o sientas pena de pedir ayuda. Consultar con alguien que tenga más experiencia o conocimientos que tú te ahorrará tiempo en la ejecución y te evitará tener que hacer reprocesos.
Celebra tus logros: Reconoce y celebra tus logros y los de tu equipo por pequeños que sean. Seguro que se presentan más a menudo de lo que crees. Esto te ayudará a mantenerte motivado, a crear una cultura organizacional orientada al logro y a mantener una actitud positiva frente a tu emprendimiento.
Poniendo en práctica estas recomendaciones de manejo del tiempo, estoy seguro de que tu emprendimiento crecerá mucho más rápido de lo que crees.
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