Tu bienestar depende de ti. Priorizarlo es una decisión y no un resultado. Pon en práctica estos siete hábitos para que lo logres priorizar.
El balance de vida, la tranquilidad y la paz interior provienen de nosotros mismos. Somos nosotros quienes debemos hacer todo para que se den. Sin importar las circunstancias que nos rodeen ni las condiciones de nuestro entorno, si nosotros no hacemos todo lo que esté a nuestro alcance para lograr nuestro propio bienestar, simplemente no se va a dar.
De manera errónea, muchas personas se sienten agotadas y creen que es por culpa de terceros. Piensan que su bienestar depende de las políticas de su empresa, del temperamento o la forma de ser de su jefe, del comportamiento de sus hijos o de su pareja. Y aunque estos factores pueden influir, así todos ellos estén bien, si la decisión de estar bien no parte de nosotros mismos y de las acciones que emprendamos para que esto pase, no lo vamos a lograr.
Por ello, te compartimos a continuación siete comportamientos que deberías implementar en tu vida si quieres priorizar tu bienestar:
1. BUSCA TU PAZ: toma distancia y evalúa cada acción que estás realizando y cada decisión que estás tomando para validar si está contribuyendo a tu paz y a tu tranquilidad. Si definitivamente encuentras algo que te incomoda y que no te gusta, deja de hacerlo. Ninguno de nosotros está amarrado a nada ni a nadie en la vida. Y por compleja que sea la situación en la que nos encontremos, siempre podemos elegir hacer aquello que nos da paz. Evita quedarte en un círculo vicioso haciendo cosas o compartiendo con personas que no te dan tranquilidad y por el contrario roban tu energía y lo mejor de ti. Deja esa relación o ese trabajo que no disfrutas y te angustia cada día más. Arriesgaste y toma decisiones que te acerquen a tu paz interior.
2. DEJA A UN LADO LAS EXPECTATIVAS DE OTROS: es común en nuestra sociedad y en nuestra cultura vivir al ritmo de los demás. Preocuparnos por satisfacer y alcanzar las expectativas de otros con respecto a nuestras vidas. Qué debemos hacer, qué debemos estudiar, dónde debemos vivir, qué tipo de cargo, carro, casa y hasta familia deberíamos tener. Deja de vivir por lo que tus padres, tus amigos, tu pareja, tus hijos y cualquier otro piense o espere de ti. Haz caso a tus propios deseos y expectativas y empieza a vivir la vida que quieres, siguiendo tu intuición, tus deseos y el camino que te lleva a cumplir lo que tu mismo quieres de ti.
3. SACA TIEMPO PARA UN HOBBY: piensa en todas aquellas actividades que antes hacías y ahora has dejado a un lado por falta de tiempo. Piensa también en todas aquellas que algún día quisieras hacer pero aún no empiezas a realizar. Puede ser practicar un deporte, pintar, hacer cerámica, jardinería, cocinar, jugar al bingo o a las cartas, caminar, leer, tejer o bailar. Conéctate nuevamente, o por primera vez, con ese pasatiempo que te ilusiona, te despeja y te ayuda a pensar en nada o en algo más, distinto a las preocupaciones del día a día. Inscríbete o regístrate en algún lugar en el que puedas practicarlo y agenda los momentos en tu calendario para que nada ni nadie te los vaya a robar.
4. HAZ ALGO POR TU FUTURO: un año parece mucho tiempo pero en realidad no lo es. Y si miramos hacia atrás la velocidad con la que pasan nuestros días es cada vez mayor. Así que detente a pensar qué quieres de ti en un futuro. A dónde quisieras estar, qué quisieras estar haciendo y que te gustaría lograr. Piensa por ejemplo en un plazo de diez años y visualízate. Luego devuélvete a un plazo menor; en cinco años en qué parte del camino estarás para que se dé aquello que quieres lograr en diez años. Acércate ahora a dentro de un año y repite el ejercicio. Finalmente céntrate en el hoy y establece una acción puntual y concreta que puedas realizar y que te permita emprender la ruta hacia ese futuro que visualizas y que podrás alcanzar, siempre y cuando desde hoy empieces a dar pasos pequeños que te lleven hacia allá.
5. MUÉVETE A TU RITMO: los entornos en los que nos desenvolvemos nos van llevando sin darnos cuenta a movernos al ritmo de los demás, de quienes nos rodean, olvidándonos de nuestros gustos y nuestras esencias. Y aunque pareciera que esto está relacionado con cumplir las expectativas de los demás, es diferente. Porque este comportamiento es inconsciente y sucede sin darnos cuenta. El malestar que nos genera solo lo percibimos en el largo plazo cuando nos damos cuenta de que estamos moviéndonos al ritmo de los demás. Decide entonces empezar a decir que no y dedicar el tiempo que tu consideras apropiado a cada cosa. Ve la televisión cuanto tiempo quieras. Realiza la cantidad de ejercicio que te gusta y no la que realizan los demás. Trabaja hasta la hora que consideres adecuada y no hasta la que trabajen tus compañeros o jefes. Sube a las redes sociales las publicaciones que consideres justas y no las que los demás suben. Es tu ritmo el que debe marcar tu actuar y no el de los demás.
6. DISFRUTA LOS PEQUEÑOS MOMENTOS: la felicidad en la vida no depende exclusivamente de las grandes victorias. Primero porque son muy difíciles de lograr y segundo porque son muy esporádicas. Sin embargo, los pequeños momentos de felicidad sí ocurren muy menudo y el hacernos conscientes de ellos nos puede dar mucha felicidad. Una comida deliciosa, el abrazo de alguien que estimamos, las gracias o la sonrisa de alguien con quien nos cruzamos, encontrarnos una flor, ver la lluvia cayendo por la ventana, el calor de una cobija, la alegría de una llamada inesperada. Son infinitos los posibles pequeños momentos de felicidad que tenemos en un día y que muchas veces dejamos pasar sin detenernos a contemplar. Vuélvete más consciente de ellos para que los aprendas a disfrutar.
7. AYUDA A OTROS CUANDO PUEDAS: finalmente, no creas que por priorizar tu bienestar tienes que olvidarte de los demás. Aunque las recomendaciones anteriores buscan que pienses primero en ti mismo, que te pongas tu máscara primero, sabemos que ayudar a los demás también es un generador de bienestar enorme para la mayoría de las personas. Pero como nadie puede dar de lo que no tiene y estar aburridos y agotados no es una buena fuente de energía para ayudar a los demás, te invitamos a que una vez alcances tu bienestar y estés pleno, cada que tengas la oportunidad saca tiempo y ayuda a los demás. Esto sería, como dicen por ahí, la cereza en el pastel en el camino a tu bienestar.
Así que esta semana y cada que te sientas agobiado recuerda priorizar tu bienestar. Pon en práctica estos siete hábitos y verás la diferencia que obtendrás en tu sensación de tranquilidad.