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Qué estás dispuesto a cambiar

Foto del escritor: Juan P. LemaJuan P. Lema

Si de verdad quieres ser feliz y no arrepentirte de la vida que viviste, debes reflexionar y actuar frente a qué estás dispuesto a cambiar.


qué estás dispuesto a cambiar

Hace pocos días me topé con el libro Los cinco mayores arrepentimientos antes de morir de Bronnie Ware, una australiana que dedicó gran parte de su vida a ser enfermera de cuidados paliativos. 


Tras haber visto apagarse cientos de vidas y con ellas cientos de sueños y deseos, gracias a su extraordinaria empatía y humanidad, Bronnie se convirtió para sus pacientes en una confidente, un hombro en el que apoyarse para contar esas historias llenas de verdad, que cerca de la muerte se hacen más sinceras y cristalinas. 


Esto le permitió recopilar decenas de historias que tenían todas el mismo denominador común: “Ojalá lo hubiera hecho…” Una letanía con la que muchas vidas se acercan al paso definitivo hacia la muerte.


Sin embargo, después de escuchar tantas historias, tuvo la iluminación de compilarlas y convertirlas en un concentrado de lecciones aprendidas de quienes estaban próximos a morir, las cuales pueden resumirse en estos cinco mayores arrepentimientos que Bronnie detalla en su libro:


  1. “Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mis principios, y no la que otros esperaban de mí”

  2. “Ojalá no hubiera trabajado tanto”

  3. “Ojalá hubiera tenido el valor de expresar mis sentimientos”

  4. “Ojalá hubiera seguido en contacto con mis amigos”

  5. “Ojalá me hubiera permitido ser más feliz”


Según mi juicio, leerlos lanza una advertencia importante a quienes aún estamos vivos: vivir la existencia de manera consciente y sin arrepentimientos es lo único que cuenta. Nuestra felicidad depende de nosotros mismos; solo tenemos qué decidir qué estamos dispuestos a cambiar para ser felices. 


Entonces, partiendo de que como dijo Albert Einstein, “locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”, si quieres evitar el arrepentimiento con respecto tu vida cuando te encuentres cerca de tu lecho de muerte, te invito a cambiar tus comportamientos y poner en práctica las siguientes recomendaciones:


  1. Ten claros tus propósitos de vida: la forma más fácil de arrepentirnos en nuestras vidas, es hacer lo que los demás esperan de nosotros. Sin embargo, no tener claro qué es lo que queremos dificulta perseguir nuestros propios sueños y nos pone a trabajar para satisfacer las necesidades o deseos de quienes nos rodean. Por esto, y con el fin de tener un balance de vida, ten claro qué te gustaría alcanzar al final de tus días o cómo te gustaría ser recordado en las diferentes dimensiones que conforman nuestra vida: la emocional, la espiritual, la física, la intelectual y la económica. Es decir, tu corazón, tu alma, tu cuerpo, tu mente y tu billetera. Una vez lo tengas claro, y ojalá por escrito, diseña un plan para lograrlo y trabaja para ello. Esto debería ser lo más importante en tu vida.


  2. Priorízate y saca siempre tiempo para ti: socialmente es mal visto que antepongamos nuestras cosas a las de los demás. Es por esto que muchas personas se quedan sin tiempo para sí mismos por priorizar el trabajo, los hijos, los amigos y hasta desconocidos que les piden favores. Sin embargo, la forma correcta de disponer de nuestro tiempo es poniendo de primero en nuestra agenda todo aquello que nos llena y nos satisface. Piensa en ese pasatiempo, esa caminada, ese libro que te gustaría leer y antepónlos a una reunion de trabajo por fuera del horario laboral o a asistir a un evento al que te invitaron pero que no te llama tanto la atención. Ten el coraje de ser egoísta, sostén una conversación difícil en la que evidencies tus sentimientos y prioridades, y dedícate tiempo para ti.


  3. Dedica tiempo a las personas que te importan: una vez hayas separado tiempo para ti, pon como segunda prioridad en tu agenda realizar actividades y pasar tiempo con todas aquellas personas que te importan. Sean tus padres, tus hijos, tu pareja o tus amigos. Ten claro los momentos que quieres vivir con ellos y el tiempo que te gustaría pasar en su compañía. No esperes a que ellos te inviten o te lo propongan. Haz tiempo para ellos y sé proactivo diseñando esos momentos que quieres disfrutar junto a ellos. No vuelvas a decir que hace tiempo no ves a alguien que te importa o que hace semanas no llamas a alguien porque no has tenido tiempo; recuerda que uno tiene tiempo para todo lo que verdaderamente quiere hacer.


  4. Fija límites a tu trabajo: bien sea que vivas para trabajar o que trabajes para vivir, esa es tu elección, es importante que establezcas límites espaciales y temporales a las actividades laborales. Quedarse trabajando hasta tarde con frecuencia, dejar de pasar tiempo con tus hijos porque tienes que trabajar o no salir con tus amigos por compromisos laborales, no demuestran tu grado de compromiso con tu empresa, sino tu falta de interés en tu vida misma. En el trabajo todos podemos ser remplazados, pero en la vida de nuestras familias y amigos, no. Así que acostúmbrate a salir a tiempo del trabajo, rechaza eventos y citaciones por fuera del horario laboral y desconéctate cuando estés con tu familia y amigos. Te aseguro que el mundo no se acabará.


  5. Abandona todo lo que no te hace feliz: existe la creencia de que el éxito depende de acumular riqueza, ascender en la escala social o alcanzar una mayor posición en el trabajo. Por ello, muchas personas se pasan la vida haciendo cosas que no les gustan, simplemente porque están de moda o para complacer a otros, tratando de alcanzar estos hitos que supuestamente les dan la felicidad. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que lo que nos hace verdaderamente felices son situaciones y cosas más simples, las cuales ni siquiera requieren de dinero para ser vividas; un día en el campo, una tarde cocinando con amigos, una noche de películas en pareja. Así que sácale tiempo a ellas. Ademas, recuerda que dedicarle tiempo a aquello que nos hace felices nos ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo, a despejar nuestra mente y a ser más productivos, dándonos la sensación de que tenemos más tiempo o de que el tiempo nos está rindiendo más. 


Ahora bien, si lo que quieres es arrepentirte de tu vida al final de los años, entonces no me hagas caso y haz lo que otros esperan de ti en lugar de perseguir tus metas. Preocúpate más por el estatus social, por lo que pasa en las redes sociales y por la aprobación de las personas que te rodean. Olvida tus sueños, las personas que te importan y tu felicidad. 


Es sorprendente como todos decimos que queremos ser felices; sin embargo, no nos damos cuenta hasta el final de que la felicidad es una elección que depende de nosotros mismos y nos quedamos atrapados durante casi toda nuestra vida en viejos patrones y hábitos que nos alejan de ella. ¡Anímate a cambiar y decide ser feliz!

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