Si tu intención es lograr todo lo que te propongas, pon en práctica estas tres claves para empezar un nuevo año.
Por lo general, todo año empieza con una mirada hacia adentro. Es cuando más reflexionamos y nos enfocamos en nuestro crecimiento personal. Es el momento adecuado para despojarnos de todo aquello que nos pesa y no nos aporta valor, para conectarnos con todo lo que nos emociona y nos llena, enfocando nuestra energía en abrazar el cambio y la transformación.
Así es como el cambio de año es una época propicia para reconectarte con tu yo interior y alinear tus acciones diarias con lo que quieres lograr en los meses que vienen por delante. Por eso te comparto tres claves para que alcances tus metas y logres el bienestar que deseas, de una manera sencilla y fácilmente implementable.
1. Revisa tus propósitos de vida y objetivos
A veces, las cosas que son realmente importantes para nosotros pueden verse eclipsadas por el afán de cumplir con las expectativas de otros o por querer alcanzar metas en otras dimensiones. Así es como vamos dejando que las relaciones se enfríen o no visitamos a nuestros padres con la regularidad con la que quisiéramos por enfocarnos en el estudio o por perseguir el ascenso que anhelamos en el trabajo.
Por eso, este fin de año pregúntate: ¿Cuál es tu propósito de vida? ¿Cómo quieres ser recordado en el largo plazo? ¿Les estás dedicando tiempo suficiente a las personas que son realmente importantes en tu vida? ¿Qué estás haciendo para lograrlo?
Las respuestas te van a ayudar a entender si tu visión de largo plazo está alineada con tus acciones diarias. Recuerda que la vida es mucho más que trabajar y no todo lo que es relevante para ti se puede cuantificar.
Define entonces tus prioridades para el nuevo año en las dimensiones emocional, espiritual, intelectual, física y económica y escríbelas. Además, asegúrate de establecer un plan de acción detallado que te permita pasar del deseo a la acción. Hazte responsable de tus metas y trabaja para alcanzarlas.
Además, haz una lista de las cosas que quisieras hacer durante los próximos doces meses y que te llenarían de alegría. No importa lo simples o banales que sean, lo importante es que construyas un sistema que te llene de emoción y te mantenga motivado para seguir adelante. La lista podría incluir cosas como:
Lugares que quieres visitar
Experiencias que quieres tener
Pasatiempos que deseas aprender
Libros que quieres leer
Podcasts que quieres escuchar
Platos nuevos que quieres probar
Gente con la que quieres pasar más tiempo
2. depura tu vida e introduce nuevas rutinas
Si te preguntas qué se necesita para mantener un estilo de vida armónico, la respuesta es simplicidad. El minimalismo es una filosofía de vida que se centra en rodearte solo de qué y quién aporta más valor a tu vida. Se trata de establecer las prioridades correctas, dejarse llevar y ser consciente de lo que cultivas en tu vida y en qué y con quién gastas tu tiempo, energía y dinero.
Pregúntate entonces: ¿Te mantienes ocupado por estar ocupado? ¿Te sientes con frecuencia abrumado por las actividades que supuestamente deberían hacerte feliz? ¿Por qué o por quién haces lo que haces? ¿Para qué o para quién te gustaría tener más tiempo disponible?
Recuerda que los hábitos no se forman solos. Es nuestra decisión implementarlos y alcanzar así rutinas poderosas que nos hagan felices, productivos y que nos permitan alcanzar el balance de vida que tanto queremos.
Comprende qué rituales diarios te están funcionando, qué hábitos te están sirviendo para un propósito y cuáles no. Sé intencional y deliberado cuando ordenes tu rutina diaria e introduce sistemas y hábitos nuevos o mejorados que puedan traer armonía a tu vida.
Puedes comenzar practicando la gratitud, conectando la mente con tu cuerpo a través de la meditación, la respiración o la oración, dedicando suficiente tiempo al cuidado personal y construyendo relaciones significativas con personas que valores. Invierte tu dinero y tu tiempo en experiencias en lugar de cosas y vuelve a centrarte en quién y en qué te importa realmente.
También ten presente que en esta época ordenar tu casa y tus espacios es tan importante como ordenar tus rutinas. Reduce la cantidad para mejorar la calidad. Reorganiza tu ropero y todos los lugares en donde guardes cosas. Deshazte de lo que ya no necesites. Depura tus archivos, aplicaciones y correo electrónico para que inicies el nuevo año totalmente liberado.
3. Enfócate en tu bienestar
Una vez que te des cuenta de que eres tu prioridad número uno, tu bienestar se convertirá en tu nueva métrica del éxito. Cuanto más lo practiques, mayores niveles de salud y felicidad se manifestarán en tu cuerpo y en tu mente.
El bienestar consiste en mantenerte pleno contigo mismo en todos los ámbitos y dimensiones que sean relevantes para tu. Para lograrlo, es conveniente y necesario mantener hábitos saludables para la mente, el cuerpo y el alma.
Haz entonces una valoración de lo que te parece correcto. Luego, introduce en tu agenda diaria cambios que aumenten tu sensación de bienestar y conviértelos en tus rituales diarios de bienestar. Acciones como hacer ejercicio, dormir bien y alimentarte concienzudamente te ayudarán a sentirte mejor y maximizar tu productividad.
Valida entonces cómo se comporta tu estado de ánimo y tus niveles de energía según tu nivel de actividad física, tu ciclo de sueño y el tipo de tu alimentación que llevas. Crea una rutina de cuidado que te ayude a potenciarte y te dé una sensación de paz y tranquilidad.
Saca tiempo para ti, lee libros que te apasionen, lleva un diario o una agenda que te permita reflexionar y tener mayor autoconciencia. Lo importante es que cultives tu salud mental tanto como la física y que mantengas altos tus niveles de energía.
Al crear una visión de bienestar detallada y clara para el nuevo año, estarás plantando una semilla que te ayudará a actuar y tomar decisiones para alcanzar todo lo que te propongas.
Haz que este nuevo año se trate de un viaje de amor propio, cuidado personal y crecimiento interior.
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